lunes, 6 de abril de 2015

Pleno Extraordinario del 6 de Abril de 2015 ¡¡¡¡¡EL ALCALDE DIMITE!!!!!

El pleno empezó a las 10 horas con el siguiente orden del día:

Antes de dar comienzo a la sesión, el señor Alcalde-Presidente propone guardar un minuto de silencio en memoria de nuestro concejal del Partido Popular Ricardo Gil García.




- Se aprobó el acta de la sesión anterior.

- Toma de conocimiento por el Pleno de:

* Escrito de renuncia al cargo de Alcalde y Concejal del Partido Socialista Obrero Español presentado por Victoriano Garcimartín San Frutos. La señora Secretaria da lectura al escrito en el que por razones personales renuncia al cargo de Alcalde y Concejal. El Pleno toma conocimiento de la renuncia.
* Escrito de renuncia a ser propuesta para el cargo de Concejal del Partido Socialista Obrero Español presentado por Ana María Martín González. Se da lectura al escrito por la señora Secretaria en el que no desea desempeñar las funciones de Concejal y renuncia a ser propuesta para ocupar dicho cargo. La misma va en la lista de Ciudadanos con Victoriano en la candidatura de las elecciones municipales del 2015.
* Solicitud a la Junta Electoral Central de la expedición de credencial de Concejal del PSOE a favor de José Antonio Martín Jiménez. Igualmente se aprueba solicitar la expedición de Credencial del Concejal del Partido Popular a favor de José Antonio Chaveinte García, siguiente en la lista electoral del partido y acepta ser nombrado para el cargo con el fallecimiento del Concejal de nuestro partido.


Seguidamente os ponemos la información publicada sobre su dimisión vergonzosa:

Fecebook Partido Popular Maello
La Vanguardia
La Voz de Galicia
Europa Press
Ávilared
El Diario Digital de Ávila
La Vanguardia Política

Nos preguntaron cuales eran sus intereses personales y aquí os los ponemos:

¿Qué pueblo hay en toda la provincia, ni jamás le hubo, donde con tanto descaro y tan a mansalva se saqueen los fondos del Pueblo y se derroche la fortuna pública? Nuestros antepasados decían que quien hace bien al común, no lo hace a ningún; pero nosotros, al paso que vamos, tendremos que admitir como buena la doctrina de que robar al Pueblo no es robar.

Que ya hoy los negocios suelen prepararse de manera que desde el principio al final se falsean los compromisos adquiridos, y a expensas del Pueblo, o por mejor decir, de los pobres contribuyentes, se lucran más de cuatro, hasta que resolvamos entre todos el curioso problema, si no está resuelto, de que la mitad de los ciudadanos del pueblo que goza, figura y campa por sus respetos, viva a expensas de la otra mitad que sufre, paga y trabaja.

Uno de los rasgos más notables de la inmoralidad pública es la impunidad. En el arte diabólico de explotar al Erario no hay quien nos iguale. Se cometerán diariamente todas las clases de engaños, pero nunca se sabrá quiénes son los delincuentes, como si se escamoteara el caudal del Pueblo por maleficio de brujerías y encantamiento.

La necia vanidad de reyezuelos absolutos de la mayor parte de personajes como estos, esa necia vanidad de estos señores feudales de nuevo cuño de medir su importancia relativa por el número de empleos de que pueden disponer a su antojo y por los grados de intensidad con que se entremeten a mangonear en la administración local, para acabarla de arreglar a su manera, ha motivado también el incremento de la inmoralidad pública, aunque todos ellos sean, que así lo suponemos, unos honradísimos sujetos. Pues cada mesnada o pandilla, amparada por su respectivo jefe, subjefe o caporal, quedando invulnerable, se despacha a su gusto con la mayor o menor delicadeza y la mayor o menor ineptitud.

¿De qué procede en gran parte el malestar general de un pueblo más que de la general indolencia? Pues si todos fuésemos más aficionados al trabajo, ¿no daría mucho más de sí este nuestro suelo, por muy pobre que se le suponga? Y los que piensan que el suelo de nuestro Pueblo es muy rico y feraz y que los ciudadanos estamos dotados de grande inteligencia, ¿cómo explicarán nuestro atraso, si no es por la pereza, sustento principal de la inmoralidad pública?

Compenetrados y aunados para sus fines respectivos, caciques se cambian recíprocamente favores por favores, servicios por servicios; y cada cual cree salvar su pendón de los compromisos de estos partidos. ¡Los compromisos de estos partidos! Frase sin verbo perfectamente bien escogida. Los compromisos de estos partidos, es decir, la patente de corso a favor de cada cacique para influir a su albedrío en los negocios y en los destinos públicos y acabar de comprometer al Pueblo. Los compromisos de partido, arrugada y seca hoja de parra con que estos gobernantes tratan en vano de encubrir su impotencia y su incapacidad para remediar, lo más irremediable, el desbarajuste administrativo.

En balde se clamará contra los estragos del caciquismo. El pueblo se halla demasiado débil para desprenderse de esta hidra enroscada de mil cabezas que por todo el cuerpo la oprime y que toda la sangre ha enviciado. No vemos fuerza en la agricultura, no vemos fuerza en el comercio, no vemos fuerza en las urbanizaciones, no vemos fuerza en la justicia; vemos toda la fuerza en los caciques. Ser uno de éstos, o protegido por uno de éstos, es la única manera de salir triunfante en la lucha por la vida. No la ciencia, no la virtud, no el trabajo, no el ingenio, triunfan de la ignorancia, del vicio, de la holganza y de la estupidez.

En el Pueblo de Maello, los elementos liberales deben estudiar con celo y actividad la manera más enérgica de que nuestro municipio sea verdaderamente digno de la libertad y de la democracia, es decir, más honrado y más laborioso de lo que muchos se figuran.


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